25 de noviembre de 2010

Vaya si ha pasado tiempo

Al leer el último texto de este blog visito forsosamente el recuerdo de su origen.
La profunda y humana esperanza que nos define diariamente es la que me permite ahora dirigirme a un Usted desconocido y debatir, en el palpitar de este momento, la cuestión de la escritura que por estos días tanto me abate.
La razón: una exposición cuidadosa, respetuosa y sobre todo ardua de una de las escritoras más importantes de mi biblioteca personal: Clarice Lispector. Propongo en esta tesis el análisis de una de sus obras más importantes La pasión según G.H. desde el movimiento que surge de mi lectura personal, éste es, el de la dinámica de la banda de moebius, donde el sentido con el cual se inicia el desplazamiento concluye en el mismo lugar pero contrario. Son, básicamente, tres ejes sobre los que fundamento este movimiento: sujeto, lenguaje y lector.
Han sido factores temporales y climáticos los que han impedido que esta escritura tenga el cuerpo completo que debería tener uno de los trabajos más significativos de mi corta vida académica. La escritura en mi vida siempre ha sido una ardua labor que demanda silencios, músicas relativas al estado de ánimo, caminatas el círculo y en símbolo infinito que, como bien lo reclaman estas dos figuras, no parace tener un fin.
Acá, frente al paso de sus ojos sobre la pantalla, se devela lo que va quedando de una exposición longeva al programa a Word y las páginas de mi marco teórico.
Ahora me dispondré a regresar con el mismo mareo que me vive este instante.
Simplemente le deseo a usted, nómada lector de blogs cibernéticos, un bonne voyage en el siguiente lick de visita.
Probablemente la próxima vez que nos veamos sea después de salir de esta empresa.
Hasta pronto...